Análisis: F.E.A.R. 2: Project Origin (parte II)

 A pesar de las falencias gráficas, F.E.A.R. 2: Project Origin conserva varias particularidades que hicieron de la primera parte un clásico inolvidable: esperen encontrarse grandes escenas de violencia, donde los cuerpos de enemigos volarán de un lado al otro del escenario sin parar, o tétricas secuencias que en general involucrarán a una simpática “niña” llamada Alma.

Justamente el alma, la esencia del juego original se mantiene intacta para el deleite de los fanáticos, que encontrarán una historia no del todo bien contada pero interesante y, en especial, llena de muchísima acción.

Quizá el mayor problema de Project Origin sea el marcado parecido con su predecesor. Desde los modelos de los enemigos, hasta (y en especial) los enormes pasillos que componen los escenarios parecen reciclados de la primera parte. Lo mismo para con la jugabilidad, que no ha variado sustancialmente más allá de algunos cambios superfluos respecto a la utilización de escudos y botiquines.

Hasta han desaparecido opciones multijugador interesantes, quedando este apartado reducido a la intrascendencia. La inclusión de mechs es quizá la novedad más divertida, ya que le otorga cierta frescura a una mecánica ya conocida por todos.

F.E.A.R. 2: Project Origin no es para nada un juego mediocre, todo lo contrartio,  simplemente no está a la altura de su predecesor, lo que sin dudas termina siendo una gran decepción. Pero si son fanáticos de la saga, o están ansiosos por jugar otro FPS, no titubeen a la hora de visitar otra vez a la pequeña Alma ya que les ofrecerá dotes de acción a cada esquina y mucho entretenimiento.

 

Juegoconsolas le otorga a F.E.A.R. 2: Project Origin un 7.

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