Análisis: Kung Fu Panda

KUNG FU PANDA

El mundo del ocio digital actual esta repleto de obviedades, como por ejemplo el hecho de que cualquier juego basado en una película califica de regular para abajo, y que esto se acentúa aún peor si el título tiene como musa inspiradora un filme de animación (uno de los últimos casos la tercera entrega de Shrek).

De todas maneras hay casos testigos donde esta regla no se cumple, como acaba de suceder con Kung Fu Panda, un más que decente juego de acción.

Comenzando con lo que al argumento del título refiere, hay que decir que es exactamente igual que el de la película y que en ningún momento veremos cosas inventadas en el juego que no aparecieron dentro del largometraje. Lo mismo con los personajes: todos son los que aparecen en el film.

Al igual que en la película homónima de Dreamworks, en el juego nos pondremos en la piel de Po, un glotón, perezoso y asustadizo oso panda, quien tiene el sueño de convertirse nada más y nada menos que en maestro del Kung Fu.

Nuestro héroe se topa por accidente con el maestro Oogway, una tortuga creadora de este arte marcial, quien al ve en Po al elegido, al luchador que se convertirá en el “Dragon Warrior”, es decir el máximo exponente del Kung Fu, y a quien ningún oponente podrá hacerle sombra. Durante el transcurso del juego tendremos que demostrar que el augurio del sabio maestro es cierto, o corroborar que la vieja tortuga ya tendría que retirarse.

 

(Continuará).

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