Análisis: Brave: A Warrior’s Tale

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Quienes periódicamente lean esta web, habrán leído un avance de Brave: A Warrior’s Tale realizado hace unos meses, cuando esperábamos una versión renovada de un interesante arcade de plataformas lanzado en su momento para Playstation 2.

Incluso nos atrevimos a dar ciertos pronósticos optimistas sobre esta nueva edición, con más niveles, personajes e historia mejor desarrollada. Bueno, la verdad es que nos equivocamos…

Tenemos en nuestras manos la versión para Xbox 360 del juego, y tras haber terminado su (dentro de todo) corto modo principal, no podemos menos que recomendarles a todos los usuarios que se alejen de este pésimo producto para que pasen por lo que pasamos nosotros.

Lo que ocurrió con esta remake es particular, porque no sólo los desarrolladores no mejoraron la experiencia, sino que arruinaron lo que tenía de bueno el original. Si, asi como lo leen. Pero vayamos por partes.

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Muchos estarán de acuerdo que el apartado gráfico es lo primero que puede apreciarse en un videojuego, por eso es que desde el principio la experiencia con este título no es para nada grata. Ya el juego original no se caracterizaba por ofrecer una experiencia audiovisual demasiado robusta, pero esta deficiencia se nota aún más en la actual generación de consolas, con capacidad de alta definición.

Texturas lavadas, personajes carentes de detalles y entornos simplones son tan sólo algunas de las características propias de un motor gráfico añejo, débil. Pero no sólo se produjo un deterioro en este aspecto, sino también en el modo de contar la historia.

Las nuevas misiones fueron introducidas en segmentos claves del argumento, debilitando el ritmo de la aventura de forma notable. Es decir que las nuevas misiones además de ser mediocres en su mecánica, son incongruentes con el resto.

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Con respecto a la jugabilidad, sigue tratándose de un juego de plataformas tridimensional clásico, orientado al público más infantil.

Su principal virtud es la variedad de estilos, que van desde los saltos de un segmento al otro de la pantalla, al manejo de canoas e incluso la posibilidad de convertirse en un animal en ciertas ocasiones. Esta anunciada variedad no estaría nada mal, si no fuese porque cada estilo de juego individual cuenta con numerosas fallas de concepto básicas. Al parecer los desarrolladores nunca probaron bombas como Super Mario Galaxy, porque en su creación implementaron únicamente conceptos arcaicos y llenos de inconvenientes.

Incluso hay problemas con la dificultad debido a una especie de zigzag en los modos de la misma: es de extrema accesibilidad o demasiado difícil (léase en ambos tanto para niños como jóvenes y adultos), sin puntos medios.

No hay mucho más para decir sobre Brave: A Warrior’s Tale, juego que no recomendamos bajo ninguna circunstancia. En caso de que tengan un niño pequeño en la familia, los catálogos de las consolas están llenos de mejores opciones.

Juegoconsolas le otorga a Brave: A Warrior’s Tale un 3.

3 comentarios en «Análisis: Brave: A Warrior’s Tale»

  1. No es que sea malo el juego, solo nacio 10 años despues, Hubiera sido un gran titulo como por ejemplo para el gran Dream Cast.

    Sin embargo si ya lo compraron saquenle todo ej jugo posible, porque en mi caso solo lo jugue 20 min

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