(PS2) – Análisis: Dragon Ball Z: Infinite World – 1era parte

Una última entrega de Dragon Ball Z llega a PS2 de forma exclusiva. Se trata de una versión que según los propios desarrolladores recopila todo los mejor de las dos trilogías lanzadas para esta misma consola, pero con el aspecto visual y el sistema de juego de los primeros Budokai. El último Dragon Ball Z, por lo menos para PS2, ha llegado.

Dragon Ball Z: Infinite World


Desarrollo: Namco Bandai
Producción: Namco Bandai
Distribución: Atari
Multi-Jugador: Sí


Un insulto para los usuarios de versiones anteriores

Difícilmente haya alguna otra forma de tomar este juego, porque sinceramente estamos frente a un Budokai 3 levemente modificado, pero que según los desarrolladores es un juego nuevo. Es una pena lo poco que se esmeran los desarrolladores para crear nuevos juegos y lo mucho que si lo hacen para sacar varias versiones aprovechando el éxito de un solo juego con el único fin de recaudar más papeles verdes o del color que sea según el país donde estén. Lo primero que sentiremos al entrar en contacto con los menúes del juego es un especie de deja vu muy evidente que nos recordará a Budokai 3, porque ni eso han modificado. El diseño de los menúes de selección de personajes, las animaciones de los mismos y los detalles de la pantalla fueron directamente sacados de versiones anteriores del juego y puestas en esta sin el más mínimo esfuerzo en ser actualizadas. Pero la mayor de las decepciones se la llevarán cuando disputen el primer combate, puesto que se pondrán a pensar si han insertado el nuevo DVD de este juego o algún Budokai antiguo por error. Desde el punto de vista técnico como jugable el juego es exactamente igual a la tercera parte de la primer trilogía, aunque inclusive puede compararse más con Budokai 2 por algunos elementos que ya no merecen ser detallados.

Lo poco rescatable

Dentro de las pequeñas y vagas novedades que se han incluido podemos destacar un “nuevo” modo denominado Dragon Mission donde tendremos que superar distintos eventos que incluyen peleas, minijuegos y también visualizar escenas de vídeo de muy poco similitud con la excelente obra de Akira Toriyama con cada uno de los personajes básicos, es decir, primero con Gokú y también con Gohan, Krillin, Piccolo y Vegetta, entre otros. Vale mencionar que cada personaje tendrá un enfoque propio por lo cual el juego no será tan monótono del todo, pero esto también hace que dicho modo sea de poca durabilidad y de escasa rejugabilidad por lo poco divertido que resulta.

Observa a Dragon Ball Z: Infinite World en movimiento aquí debajo:

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La falta de ideas hacen que el juego pase de discreto a malo, en especial en los minijuegos. Muchos podrán tildar de original la inclusión de algunos minijuegos como cuando tendremos que atrapar a Bubbles en el planeta de Kaiosama utilizando a Gokú, retratando así una parte de los primeros entrenamientos del personaje principal de la historia en la serie animada, pero la verdad es que tanto ese minijuegos como los restantes pecan de falta de jugabilidad, haciendo que sean sencillos, fáciles de superar en muchas ocasiones y que poco estimulen al jugador a ser utilizando el DVD en la consola. Otro aspecto que por lo menos tiene que ser mencionado es la inclusión de un amplio abanico de personajes, ya que salvando Oob estarán la mayoría de los conocidos y los no conocidos, y si bien no es un trabajo muy costoso el de trasladar personajes de versiones previas es bueno por lo menor reconocer la cantidad de luchadores que podremos utilizar y que claro está tendremos que ir desbloqueando a lo largo del juego.

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