Análisis: Street Fighter IV (parte II)

El número de elementos para habilitar en Street Fighter IV, desde logros hasta personajes secretos, es muy vasto, por lo que cualquier jugador que se precie deberá terminar este modo decenas de veces, sin que esto genere una pizca de aburrimiento.

El modo prueba, donde el jugador deberá enfrentar una serie de movimientos de considerable dificultad, y el clásico supervivencia (ya sea por tiempo o por barra de vida) brindan la ayuda necesaria como para perfeccionar las técnicas de combate de cada personaje.

Pero el jugar en solitario es poco más que una pequeña parte de lo que Street Fighter IV tiene para ofrecer ya que, si bien con pocos modos, uno nuna dejará de sentir que siempre hay algo más por hacer, por descubrir o por mejorar.

Las tradicionales partidas contra otro jugador utilizando la misma consola son un clásico de la saga y seguirán ofreciendo una sana forma de entretenerse durante reuniones o fiestas entre amigos. A esto ahora hay que sumarle el modo Online, una joyita que permite aumentar la duración del juego hasta límites insospechados.

El modo Online no sólo está lleno de elementos destacados, tales como un sistema de medallas, sino que además funciona con una estabilidad pocas veces vista. Hemos disputado centenas de partidas y no hemos sufrido el más mínimo lag, siempre utilizando las conexiones de nuestro país.

Así que ya sea con amigos en un mismo cuarto, o con un adversario ubicado vaya uno a saber dónde, siempre habrá alguien con quien disputar una batalla. 

 

(Continuará). 

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