Análisis: Sonic and the Black Knight

SONIC AND THE BLACK KNIGHT

Lamentablemente, la gente de Sonic Team ha vuelto a equivocar el camino con respecto a su franquicia y personaje de cabecera trayéndonos, una vez más, un título que no pasa de ser regular.  

Quizás el punto más importante radica en la decpeción que supone el juego ya que hace tan sólo unos pocos meses hablábamos de que Sonic and the Black Knight, exclusivo para Nintendo Wii, pintaba más que bien gracias a sus claras reminiscencias con el maravilloso Sonic Adventure de Dreamcast. Sin embargo terminó quedando muy por debajo de las espectativas. Vayamos por partes.

Con este nuevo producto de Sonic al parecer se iba a producir una vuelta a los orígenes más que interesante, lo que de cierto modo generó entusiasmo entre la mayoría de los usuarios, sobretodo a fanáticos del erizo azul de SEGA que piden a gritos un uego destacado para esta nueva generación de consolas.

El problema de la versión final es que efectivamente se volvió a recurrir a la mecánica del maravilloso título emblema de la Dreamcast, pero potenciando sus defectos más que sus virtudes. 

Hay que decir que nuestra primera impresión con respecto al juego fue más positiva que negativa. Dejando de lado las ansias por ver resurgir al erizo azul, unos hermosos gráficos y un argumento que combina la leyenda del Rey Arturo con el universo Sonic supieron generarnos una agradable sensación.

Más aún, los escenarios fueron diseñados de modo tal que debamos recorrerlos a una altísima velocidad, saltando rampas, evadiendo obstáculos y recolectando anillos como sólo este puercoespín puede lograrlo.

El tema es que poco a poco esa sensación prometedora se fue derrumbando…

 

(Continuará).

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