Análisis: Resident Evil 5

RESIDENT EVIL 5

Mucha ha sido la espera, mucha ha sido la especulación, hasta que finalmente tenemos en nuestras manos una nueva entrega en la saga Resident Evil. Difícilmente pueda expresarse el nivel de expectativas que generó esta quinta parte en los meses previos a escala mundial.

Y no menores fueron las críticas u objeciones de los fanáticos, o mismo de algunos sectores de la prensa, una vez lanzado el producto al mercado. Este último fenómeno es un poco más complicado de explicar, ya que todo parecía ir sobre rieles, pero resulta que no todos los jugadores quedaron contentos con el resultado final. Veamos.

La razón de tantas sensaciones contrapuestas (o no tanto) dentro de la comunidad de jugadores hardcore y fanáticos de Resident Evil se debe a que Capcom decidió modificar de forma no sustancial, pero sí bastante pronunciada, lo que es la mecánica de la saga.

Una de las principales características que salen a la luz al jugar Resident Evil 5 tan sólo un par de horas, y ni decimos una vez acabado el juego, es que difícilmente pueda clasificárselo dentro del género de los Survival Horror.

Quienes hayan venido siguiendo los adelanto sabrán que uno de los protagonistas del juego es ni más ni menos que Chris Redfield, quien tendrá que vérselas con una población africana infectada, cuyo comportamiento es bastante más hostil que el de los clásicos zombies. En este marco, Chris deberá recorrer vastos escenarios aniquilando enemigos de forma frenética y desenfrenada.

Pero Redfield no se sentírá tan solo durante su difícil aventura ya que estará acompañado por una bella joven llamada Sheva, que podrá ser controlada por otro jugador y así disputar la aventura en un divertido cooperativo. 

 

(Continuará).

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