Análisis: Dead Rising: Chop Till You Drop (parte II)

Pasemos ahora a los defectos de Dead Rising: Chop Till You Drop, propios de una conversión a una consola de menor poderío técnico.

Primero hay que decir que el apartado gráfico luce bastante mal, incluso muy por debajo de la media en la consola. Al parecer no fue una buena idea el tratar de mantener intactas muchas de las características gráficas del título original, porque se tuvo que recurrir a recortes muy notorios. Veamos.

Desde los clásicos serruchos, hasta la repetición constante de estructuras, pasando por unas texturas por demás lavadas o la ausencia de efectos lumínicos de calidad. Incluso las escenas intermedias no lucen nada bien, algo raro si tenemos en cuenta que no han sido creadas con el motor del juego.

Además, los zombies (casi todos iguales) reaparecen de forma por demás de ilógica y torpe ya que cuando acabamos con ellos vemos delante nuestro como reaparecen de la nada y porque sí, sin ningún tipo de explicación, de forma totalmente y tosca.

Y a nivel jugable también se han suprimido factores interesantes, tales como la cámara fotográfica o hasta la posibilidad de saltar que disponía el protagonista. A esto hay que sumarle la limitada cantidad de zombies que aparecen en pantalla (nunca más de veinte), y  la nula innovación en las misiones con respecto a la versión para Xbox 360.

Toda esta combinación de errores más que de aciertos nos deja, en definitiva, con un producto a duras penas aceptable sólo para quienes no han disfrutado del original. Si tuvieron, o tendrán en un futuro próximo, la posibilidad de jugar al Dead Rising de 360, no hay razón alguna por la cual deberían probar esta escueta edición para Nintendo Wii.

 

Juegoconsolas le otorga a Dead Rising: Chop Till You Drop un 4.

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