Análisis de Mario Kart Wii

MARIO KART WII

Si bien no estamos en presencia de un clásico de aquellos ni mucho menos, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que se trata de una compra obligada para todo usuario de la consola de Nintendo, más aun si le gustó de las anteriores entregas.

En el artículo de hoy analizaremos el apartado jugable. Comencemos.

Primero hay que destacar algo: Mario Kart Wii viene con un accesorio por demás vistoso, como lo es el volante para adaptar al multifacético Wiimote. Este accesorio a priori, al principio incómodo termina convirtiéndose en uno de los puntos más fuertes del título, ya que prácticamente ofrece un modo de control totalmente nuevo. No será tan preciso como el clásico pad analógico, que también está disponible, pero le agrega un poco de variedad al asunto.

El jugador podrá elegir entre varias alternativas posibles antes de salir a las pistas a competir. El resto de los aspectos del control no han variado demasiado, más allá de los anunciados de las piruetas y derrapes, que dentro de todo funcionan correctamente, a pesar de algunos problemas que pueden ocasionar los últimos, a la hora de tomar curvas.

Hay que destacar, además, la nueva forma de adquirir velocidad turbo que cumple con creces su cometido, dejando de lado el, para muchos, molesto snaking y dándole una mayor importancia justamente al tema de los derrapes y las piruetas.

En síntesis, el apartado jugable no ha cambiado demasiado con respecto a las versiones previas aparecidas en DS y Gamecube, lo cual no es algo malo, si tenemos en cuenta su efectividad persistente a lo largo del tiempo.

 

(Continuará).

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